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Intentando salvar a Annie y Gerald

Bajé la mirada mientras pasaba por la puerta abierta de la oficina de mi padre. Maldije en voz baja cuando él llamó mi nombre. Sabía que era mejor no pensar que podría pasar desapercibido por su oficina sin ser atrapado. Entré con confianza. Aprendí hace años que si me acercaba a mi padre de manera ...