Read with BonusRead with Bonus

Capítulo XXX: Aún queda una lucha

Nada rompe más el alma que los gritos de un niño con dolor. Estaba llorando mientras veía impotente cómo Titus caía al suelo, aferrándose a su brazo. Gemía y lloraba, y yo quería ayudar. Quería quitarle su dolor.

—Ahora, finalmente, aprenderás algo de respeto, muchacho, mientras me ves violar y mat...