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Ser despertado por alguien que te sacude bruscamente no es agradable. Mis ojos se abrieron lentamente mientras gemía. Se abrieron de par en par cuando miré a un par de ojos avellana familiares. —¿Vincenzo? ¿Qué demonios?— Miré la hora, —¡Son las malditas dos de la mañana!

¿Quién demonios despierta ...