Read with BonusRead with Bonus

21- Celos de proporciones divinas

Imset cerró los ojos, respiró hondo y los abrió de nuevo, tratando de mantener la calma. Pero el calor que se extendía por su rostro no se disipaba.

Aisha entró en la habitación entre Neith y Serket, riendo y aferrándose a ellas como si las conociera desde hacía más de unos pocos días. Se inclinó h...