CAPÍTULO 13
Llegamos a mi casa poco después de nuestra conversación. Entro directamente a mi habitación para cambiarme mientras él me espera en la sala.
Me cambio del traje de oficina a un vestido negro que termina antes de mis rodillas, con un amplio escote en V que muestra un poco de mi escote, pero no demasiado. Tan pronto como termino, bajo las escaleras.
—Estoy lista, podemos irnos —digo, entrando en la sala. Enzo no dice nada por un momento. Parece perdido en sus pensamientos, y empiezo a pensar que tal vez me veo mal.
—¡Enzo! —digo, tratando de traerlo de vuelta a la realidad.
—Sí, sí —dice, hablando como si lo hubieran atrapado haciendo algo malo.
—Dije que estoy lista.
—Oh, sí, entonces vámonos —dice, saliendo por la puerta más rápido de lo normal.
Le doy la dirección de Joan mientras salimos y nos subimos a su coche para ponernos en camino.
Llegamos poco después y le digo adiós a Enzo antes de entrar a la casa de Joan. Camino hasta su puerta y toco el timbre. Espero a que ella abra la puerta. Joan abre la puerta después de que el timbre suena tres veces.
—¡Viniste! Estoy tan feliz; no puedo esperar para divertirnos esta noche, y te ves increíble —dice sonriendo, mientras me jala hacia su casa.
—Gracias —digo, entrando en su casa.
Debo decir que su lugar es encantador y acogedor. Subimos las escaleras hasta su habitación. Su habitación es hermosa, con una cama tamaño queen a la izquierda con dos mesitas de noche, dos puertas que supongo son su armario y baño.
A las 7:50 p.m. ella termina de vestirse y de maquillarnos. No me maquillé en casa porque no quería hacer esperar a Enzo por mucho tiempo. Joan lleva una falda de cuero negra con una blusa blanca y botas de cuero. Bajamos las escaleras para tomar el coche de Joan e ir al club.
Llegamos al club a las 8:00 p.m. Por suerte para nosotras, Joan conoce a alguien, así que no tuvimos que hacer fila. Simplemente entramos con los amigos de Joan, que son personas del trabajo.
Nos sentamos en un rincón alejado del club. Joan pide bebidas para nosotras, ya que es algo de lo que no sé nada. Espero que no me dé algo que no pueda manejar. Estoy tomando un sorbo de mi bebida cuando un chico con cabello castaño y un cuerpo sexy—pero no tan sexy como Enzo, ¡y por qué siempre tengo que comparar a todos los hombres con él, ahhh!—se acerca a mí con una gran sonrisa amigable en su rostro. «Debo decir que es guapo, aunque».
—Hola, soy Chris, ¿te importa si me uno a ti? —dice, extendiéndome la mano para estrecharla.
—Hola, soy Katherine, no, no me importa en absoluto —digo, estrechando su mano para no parecer grosera, aunque claramente no sé quién es.
—Trabajo en la misma empresa que tú y Joan, pero en el departamento de marketing.
—Oh, eso es bueno.
Continuamos hablando y conociéndonos. Debo decir que es una persona divertida con quien hablar. Incluso me pide bailar, a lo cual acepto con gusto.
Estamos en la pista de baile, cuando siento sus manos encontrando su camino alrededor de mi cintura. En cualquier otro momento le rompería las manos antes de que sienta mi piel, pero esta noche voy a divertirme y hacer cosas que normalmente no hago. Antes de que las manos de Chris rodeen completamente mi cintura, escucho un crujido de huesos detrás de mí. Me doy la vuelta para ver a Enzo golpeando a Chris. «¡Oh, Dios mío, qué está haciendo aquí? ¿Por qué está golpeando a Chris? ¡Tengo que hacer algo antes de que mate a Chris!»
—Enzo, por favor, detente —grito tratando de detener sus manos de golpear la cara de Chris, pero sin éxito.
—¡NO VUELVAS A TOCARLA NUNCA MÁS! —dice, aún golpeando a Chris con fuerza.
—¡Enzo! Te lo suplico, por favor, detente —digo gritando como si mi vida dependiera de ello, con lágrimas cayendo por mi rostro. Sigo tratando de quitar sus manos de Chris, pero sin éxito.
Finalmente, me nota y deja de golpear a Chris. Me arrastra fuera del club y directamente a su coche. Porque tengo miedo de lo que pueda hacerme, decido que es mejor callarme hasta que se calme. Muchas cosas pasan por mi cabeza como, «¿por qué en el nombre de Dios lo golpeó?» «¿Está celoso o qué?» Apenas creo que esté celoso porque nunca ha mostrado interés en mí, así que, «¿POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉ LO GOLPEÓ?» Quiero preguntarle, pero la forma en que está conduciendo y respirando tan fuerte, como si quisiera matar a alguien, creo que es mejor esperar hasta que se haya calmado.
En menos de treinta minutos nos detenemos y Enzo sale del coche y abre la puerta para mí.
—Sal —dice tan pronto como abre la puerta del coche.
Salgo sin decir nada. Miro hacia arriba para ver dónde me ha traído. Veo un edificio muy alto; parece un complejo de apartamentos. Supongo que es donde vive.
Empieza a caminar hacia la entrada, sin importarle si lo sigo o no. Lo sigo porque no es como si pudiera quedarme aquí para siempre. Entra al edificio y camina directamente hacia el ascensor, al menos esta vez espera por mí antes de que tomemos el ascensor hasta donde sea que Enzo me esté llevando.
El ascensor se detiene; salimos del ascensor a un hermoso ático. El vestíbulo está pintado todo de negro, la sala de estar está pintada toda de blanco con sillas negras, y el comedor está pintado de marrón oscuro con sillas de color marrón claro.
—Cuando termines de admirar mi casa, quiero dejarte algo claro. Lo que pasó esta noche no debe repetirse nunca más, porque si lo hace, no solo le romperé la cara —dice con mucha rabia en su voz.
—¡WOW! ¿En serio? Porque la última vez que revisé, soy una mujer libre y puedo hacer lo que quiera. Así que no tienes derecho a decirme con quién puedo bailar o no, ni tienes derecho a golpear a cualquier chico con el que esté —digo gritando la última parte en su cara porque ya estoy harta de Enzo y sus tonterías. ¡No veo ninguna razón por la que deba golpear a un chico solo porque bailó conmigo!
—¡NO ME IMPORTA UN CARAJO! Tú. Eres. Mía. Así que cuando digo que ningún chico te tocará, quiero decir que ningún chico te tocará. ¡Porque eres mía! —me grita de vuelta.
—¡Eso es!!! ¡Ya estoy harta de ti! Todo el tiempo con este ‘Eres mía, eres mía, eres mía.’ ¡NO SOY TUYA! No me posees. Lo único que haces es hacer de mi vida un infierno. ¿No tienes corazón? No puedes decirme que en el fondo de tu corazón no sientes nada, ni siquiera un poco de lástima por lo que me haces. Primero, me impides tener siquiera un amigo durante todos mis años de secundaria, aunque ni siquiera éramos compañeros de clase. Pero te aseguraste de que no tuviera a nadie, incluso después de que te fuiste. Ahora quieres que termine mi relación con el único amigo que he hecho en mi vida porque, según tú, William es una mala persona. Por favor, por favor, solo esta vez dime por qué me odias tanto. Porque no puedo recordar haber hecho nada para ganarme tanto odio de tu parte. Por favor, te lo suplico, si alguna vez te hice algo malo, te estoy rogando, por favor, por favor, por favor, perdóname porque estoy cansada de todo este sufrimiento —digo mientras me rompo en lágrimas y caigo de rodillas.
No sabía de dónde venía todo eso, pero estoy feliz de finalmente haberlo soltado. Escucho pasos que se acercan hacia mí, pero no me importa levantar la cabeza. Estoy demasiado agotada para levantar la cabeza ahora mismo.
Me levantan del suelo y me obligan a mirar a los ojos que me hacen sentir mil cosas en un segundo. El hombre que es la razón por la que no puedo dormir bien por las noches. Sorprendentemente, el único hombre que me ha atraído en mi vida. Miro sus hermosos ojos sin decir nada porque no creo que haya nada más que decir. Lo siguiente que sucedió no era algo que jamás hubiera imaginado en mi vida.
¡ME BESA!
¡AAAAHHHHHHH! Estoy gritando mentalmente ahora mismo. No puedo creer lo que acaba de pasarme. Algo que pensé que solo podría suceder en mis sueños, no es que haya soñado con ello. Pero realmente me está besando y créanme, no estoy soñando. Después de lo que parecen horas, pero estoy bastante segura de que son solo minutos, nos separamos y nos miramos a los ojos. Miro sus ojos y veo tanta adoración en ellos. Nunca supe que él sentía lo mismo por mí todo este tiempo. Solo con mirarlo a los ojos, puedo decir que siente algo profundo por mí, pero estoy bastante segura de que no puede identificarlo.
—No te odio. Nunca podría odiarte porque eres MÍA y SOLO MÍA. Cuando digo que eres mía, no quiero decir que te poseo; eres tu propia mujer. Eres la mujer más fuerte que he conocido. Siempre defiendes lo que sientes que es correcto y esas son las cosas que me gustan de ti. Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Tienes la sonrisa más bonita que he visto. Me haces sentir cosas que nunca antes había sentido por una mujer. Sé que puede que no me creas cuando digo que nunca podría odiarte, pero es verdad, porque eres mía —dice con tanta sinceridad en sus ojos, mientras sostiene mi rostro en sus grandes manos. Usa su pulgar para limpiar las lágrimas de mi cara.
—Entonces, ¿por qué me tratas mal? Porque simplemente no lo entiendo. Si te hago sentir lo que dices, entonces ¿por qué actúas como si me odiaras, y por qué me lo dices justo ahora? —digo entre lágrimas.
—La razón por la que actúo de esta manera es porque es la única forma en que me prestas atención. No sé si puedes recordar en la secundaria. El primer día, intenté hablar contigo, todo lo que hiciste fue actuar como si ni siquiera estuviera allí. Pero cuando te acosé, me diste toda tu atención. Por eso actúo de la manera en que actúo, para obtener tu atención. Te lo estoy diciendo ahora porque no puedo verte con otra persona. No puedo verte llorar. Verte llorar simplemente rompe todas estas paredes que he construido alrededor de mi corazón.
—¡Oh, Dios mío, podrías haber intentado otras formas además de acosarme! Tal vez invitarme a salir o algo así —digo entre lágrimas, pero estas lágrimas son de alegría, no de odio.
Porque finalmente, me doy cuenta de que mis sentimientos no eran unilaterales. Que él siente lo mismo que yo. Aunque no dijo 'me gustas también', lo dijo con sus propias palabras: 'ERES MÍA'. Aunque solía odiar que dijera esas palabras, ahora que sé su significado, me encanta cuando lo dice porque 'ÉL TAMBIÉN ES MÍO'.