Read with BonusRead with Bonus

Todo el mundo necesita un descanso

Ryan

—Vamos, niña. Ayer te caía bien—. Levanto a Lexa y la coloco sobre mi hombro, de modo que sus piernas rodean la parte trasera de mi cuello, mi brazo doblado y extendido para presionar mi mano contra su espalda. Inmediatamente agarra mi cabello y deja de llorar, sus tristes sollozos se conviert...