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Castillo destrozado

Amanda

—Encantador —digo en voz alta mientras paso mis dedos sobre el fino encaje que cubre la longitud de la mesa del comedor formal en el castillo del Valle Velado—. Creo que necesitamos más flores. ¿Qué te parecen los lirios, quizás?

Una ligera brisa me rodea antes de que jarrones de cristal ll...