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Abajo, en la cocina, Nick y Seth ya estaban sentados. Au no estaba, pero podía oler su aroma tenue. Supongo que se acaba de ir.

—¡Oh! ¡Buenos días, Luna! —Nick me sonrió y yo le devolví la sonrisa.

Había algo en su sonrisa, algo burlón, y no estaba segura si era para mí o para Aiden. Dejé de lado ...