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CAPÍTULO 126: REALINEAR EL RITMO

Podía escuchar el estruendo de metales afuera y la voz fuerte de Ivar, maldiciendo sin cesar. Estaba furioso y lanzaba con rabia lo que tenía en las manos desde el momento en que llegamos de regreso a la fortaleza. Incluso golpeó a uno de sus hombres cuando entramos. Michael se dirigió en silencio ...