Read with BonusRead with Bonus

Capítulo veintiocho

—Cariño, eso se siente increíble —gimió.

Todavía lo sujetaba firmemente por detrás, mi mano acariciando su pene lentamente, provocadoramente, de arriba abajo mientras él se movía bajo mi agarre.

—Te mereces una recompensa, mi Rey —apenas reconocía mi propia voz debido al deseo y las palabras suger...