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Esperar es la parte más difícil

Michael

—Podría ser cuestión de horas—o un día—, dice Alma en voz baja mientras ordena sus tónicos en una mesa justo fuera del dormitorio donde Faye finalmente está descansando.

—Ya han pasado horas—le digo, señalando hacia la ventana en mi suite del castillo, donde la luz de la luna se filtra a t...