Read with BonusRead with Bonus

Doscientos años

Tres horas después, en plena noche, me encuentro en la puerta que da al acogedor cuarto de invitados al que llevé a Faye hace lo que deben ser semanas. Supongo que ha pasado tanto tiempo desde entonces. Honestamente, se siente como segundos. Siento que no he tenido la oportunidad de tomar un respiro...