Read with BonusRead with Bonus

Una larga caminata

Emelda me toma de la mano y la coloca en el pliegue de su codo mientras caminamos a través de la niebla. Está lloviznando, y el cielo es de un gris profundo en la tenue luz del amanecer que se asoma entre la bruma.

—¿Siempre llueve así aquí? —pregunto, volviéndome hacia Emelda. Ella me sonríe, su r...