Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 122

Tom

Regresamos al dormitorio, donde dos tazas humeantes nos esperaban en la mesita de noche. Le entregué una a Sara, nuestros dedos rozándose de una manera que envió chispas a través de mi cuerpo. El calor de la cerámica no podía compararse con el calor de su toque.

—¿Vamos? —gesticulé hacia e...