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Sus suegros...

Abrí los ojos de par en par ante lo que ella dijo, me giré para mirar a Luciano para ver su expresión, pero como siempre, no mostró nada.

—Solo estoy siendo tonta, querida —se rió la señora Roberto—. ¡No me tomes en serio! —terminó, riéndose.

Las mujeres a su alrededor también se rieron mientras m...