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Enfréntate al diablo...

Como de costumbre, sus palabras me sorprendieron y me dejaron completamente ruborizada.

—No quiero ser tu cita.

Su expresión permaneció impasible.

—Son solo dos días.

Crucé los brazos.

—Mira, estoy cansada. ¿Lo ves? Podría terminar durmiéndome durante el baile. No quiero avergonzarme y no quier...