Read with BonusRead with Bonus

61

Al mismo tiempo, Amelia forzó algunas lágrimas y fingió secarlas con las manos hasta que llegaron a la mansión. Luego, miró al hombre con emoción y le preguntó:

—Drake, ¿te gustaría entrar y tomar una taza de té antes de irte?

—No, gracias. Tengo una reunión más tarde —rechazó Drake.

—Bueno, no t...