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CAPÍTULO 46

El borde de la reserva estaba marcado, no solo por señales hechas por el hombre, sino también por la maleza enredada que se cerraba a su alrededor. La luz de la mañana se atenuó perceptiblemente, y Tianna se dio cuenta agudamente de que este no era un bosque terrestre. Que cosas como el Pie Grande, ...