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CAPÍTULO 38

—¿Te invitó a un paseo por la tarde a solas?

Tianna no entendía por qué Tril sonaba tan sorprendida. Frunció el ceño.

—Bueno, apenas estábamos solos. Quiero decir, tenía a cuatro de mis guardias conmigo.

Tril frunció los labios. Hoy, llevaba el cabello suelto, excepto por los clips que lo recogía...