Read with BonusRead with Bonus

Mis bragas

—¡Oh, Dios mío! ¿Dónde demonios están? —El pánico recorrió mi columna vertebral y, tirando más de las mantas hacia mí, comencé a mirar frenéticamente a mi alrededor, buscándolas.

—Rinna, ¿qué demonios te pasa? —Justo cuando las estaba buscando, escuché a Xenia quejándose mientras se frotaba los ojo...