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Sexo y placer

Sin embargo, justo cuando me dirigía a mi habitación, escuché ligeros ronquidos provenientes del cuarto de Xenia. Sabía que la curiosidad mató al gato, pero me encontré abriendo la puerta y mirando el desorden que habían hecho en el suelo. Aun así, la curiosidad me dominó y me encontré caminando dir...