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Trece

Esta vez, Daniel no se apoderó de todo el bar de la casa de la manada.

Cuando Eva entró en la casa de la manada, Daniel la estaba esperando. Llevaba su atuendo habitual, jeans negros y una camiseta de banda, pero sus ojos eran penetrantes, de un azul tormentoso y cautivador. Eva vio sus ojos sobre ...