Read with BonusRead with Bonus

Prólogo de Heinrich

—Basquiat.

Nyla pronunció su palabra de seguridad y sentí como si me hubieran dado una patada en el pecho, y no había nada más que pudiera hacer. La palabra estaba en el aire y ambos sabíamos que las palabras no se pueden retirar. Especialmente la palabra que la mantenía a salvo de mí emocional y f...