Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 26: Lydia

Sus brazos se aflojan para que pueda girar, pero aún me sostiene. Dios, se ve tan bien que podría comérmelo. Los puños de su camisa blanca están arremangados. Lleva pantalones de vestir y no su atuendo habitual de club. Me cuesta todo lo que tengo no caer a sus pies y apoyar mi cabeza contra él. No ...