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Sexo intenso

Después de besarnos, él apoyó su cabeza contra la mía. Con sus ojos fijos en mí, sentí que mi corazón se aceleraba en un éxtasis que hizo que la sangre subiera a mi cabeza. Esto era solo una noche, pero la forma en que me miraba me hacía gustarle aún más.

—No puedo esperar más —gruñó después de mir...