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Pierde el control

—Ya voy —dije somnolienta mientras me dirigía a la puerta y la abría. Tenía en mente que podría ser la persona encargada del servicio de habitaciones. Mi cerebro adormilado no podía comprender que un hombre extraño pudiera entrar, así que abrí la puerta sin pensar. Esperé a la persona, pero para mi ...