Read with BonusRead with Bonus

Las puertas contiguas

Esta vez no resistí, ya que sabía que íbamos a otro lugar, no al oscuro calabozo. Podía sentir la alfombra bajo mis pies descalzos y no el frío suelo de granito. Los guardias no hablaban entre ellos mientras me llevaban, parecía que ni siquiera respiraban. Los únicos sonidos eran sus pasos amortigua...