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Tan caliente

«Dios, es tan endemoniadamente guapo», pensé para mis adentros antes de levantar la mano y trazar mi dedo sobre su mandíbula. Lo pasé por su oreja hasta su bien esculpida línea de la mandíbula antes de finalmente llegar a sus labios rosados y carnosos. Mientras pasaba mis dedos sobre ellos, sonreí r...