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Capítulo cuarenta y dos

Cuando llego a las escaleras que llevan al piso de arriba, una fuerza me golpea y me hace girar, estrellándome contra la pared que conduce a las escaleras con fuerza. Gimo de dolor y luego siento una mano en mi cuello, aprieta su agarre aunque aún puedo respirar mientras me obliga a mirarlo. El homb...