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Capítulo treinta y siete

Bueno, supongo que decidió ir allí y empezar a correr antes de aprender a caminar. ¿Ahora soy una niña mimada? Me muerdo la lengua sin decir nada.

—Te levantas ahora mismo y limpias ese desastre; no me importa si te lleva toda la noche. Cuando me despierte por la mañana quiero encontrar mi cocina t...