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Capítulo treinta y tres

Oigo cómo entran en el dormitorio y escucho una mezcla de risitas, chillidos y carcajadas al ver la escena del cuarto. Podría morir de vergüenza pensando en mi madre viendo lo que he estado haciendo; ya me escucharon a través de la puerta. Podría morir de vergüenza en este momento. ¿Cómo podré enfre...