Capítulo 6
PERSPECTIVA DE AIDEN
Estaba trabajando, pero no podía concentrarme, ya que tenía una erección debido a la inocencia de mi muñeca. Era incómodo ajustarme; solo necesitaba una vagina para arruinarla.
Melissa, ahhhh, la gran puta, entró en mi cabina sin tocar la puerta y se sentó directamente en mi regazo. Seguramente la castigaré por este acto, pero ahora mismo necesito controlar a mi amigo allá abajo, que está orgulloso de tener algo de acción.
No perdí tiempo y le dije que me quitara la ropa, y comencé a desabrocharme el cinturón. Desafortunadamente, cuando se quitó su vestido de encaje negro, solo llevaba un tanga de encaje y no tenía sostén.
Sin perder más tiempo, tomé sus grandes pechos en mis manos y los apreté con fuerza. Pero esta pequeña puta gemía de dolor y placer al mismo tiempo.
—Ahh. Ahhh. Ahhhh. Ohhh… ohhh… huhhhhhh.. Fu… joder…. Ahhhh.
Tomé su pezón en mi boca y lo chupé y mordí mientras descargaba mi frustración en el otro. Cuando la estaba mordiendo, la imagen de esa pequeña camarera apareció en mi mente. Sigue viniendo a mi mente y me frustra; siento el pre-semen en la cabeza de mi grueso pene.
Empujé a Melissa de rodillas y señalé hacia mi pene. Luego, como una experta, desabrochó los botones de mis pantalones y los bajó hasta mis rodillas, junto con mis boxers negros de seda.
Tomó mi pene endurecido en sus manos y sonrió; pensaba que estaba erecto debido a su cuerpo, pero no, es por esa pequeña gatita, pero ¿a quién le importa lo que ella piense?
Lo acarició un poco y esparció el semen en la cabeza y más abajo de mi pene, y siguió acariciándolo. Finalmente, tuve suficiente de su drama y caricias; quería diversión real.
Así que la empujé y le ordené que abriera la boca; sin perder un segundo, abrió la boca y empujé todo mi pene en su cálida y húmeda boca. ¿Quién podría resistirse a mí? Nadie tiene las agallas.
Empujé su boca bruscamente mientras le agarraba el cabello, ella comenzó a gemir, pero no me importó. Solo necesitaba liberarme y quitarme los pensamientos de mi muñeca de la mente.
Estaba tan absorto en follar su boca que la ahogué con mi amigo, pero no me di cuenta de que era el efecto de mi muñeca en mí.
Ahora ella estaba golpeando mis muslos para que retirara a mi amigo, así que la embestí fuerte y rápido y eyaculé dentro de su boca. Saqué mi pene y le ordené que se tragara todo; ni una sola gota debía desperdiciarse.
Inmediatamente la empujé sobre la mesa y le quité el tanga; estaba fluyendo como una cascada, PUTA. Entré mi pene en su vagina y la follé duro, rudo y rápido.
—Ahhhh….ahhhh…huhhhh…ohhhhh…joder….más fuerte…más rápido…ahhhh…mierda…ahhhh...
Ella gritaba de placer por mi pene; le abofeteé los pechos temblorosos repetidamente y la embestí con fuerza.
Estaba frotando su clítoris de puta y abofeteando sus pechos alternativamente. Quité mis dedos de su clítoris y tomé ambos pechos en mis manos, y le di una mordida fuerte en sus pezones erectos, que se levantaron por la atención de mi amigo.
La embestí con fuerza y furia, y después de unas cuantas embestidas más, eyaculé con fuerza. Cerré los ojos, y una imagen de mi curiosa muñeca extendida sobre mi mesa desnuda apareció en mi mente.
Me estaba excitando de nuevo, pero saqué mi pene de su vagina suelta y me dirigí al baño para limpiarme. Cuando salí, ella no estaba por ningún lado; qué bueno que se fue por su cuenta. De lo contrario, la habría echado de mi cabina.
Terminé mi trabajo y me dirigí a mi casa porque no estaba de humor para ir a ningún club.
En el camino, recordé a ese bastardo del restaurante que estaba violando con la mirada a mi muñeca. Le haré pagar.
Había una ruta fangosa en medio de los retoños, donde ordené a Leo que trajera a ese bastardo. Así que lo trajo allí, y le di un puñetazo en la cara mientras él estaba de rodillas, confundido.
—¿Qué... cuál es... mi... culpa, se... señor? —preguntó.
No respondí y apunté mi pistola a su frente; él gritó.
Cuando iba a apretar el gatillo de mi pistola para terminar con su patética vida, escuché unos sollozos y un grito.
Le disparé en la cabeza y asentí hacia mi mano derecha, Leo, quien también asintió en respuesta.
Entré en mi coche y me dirigí a mi casa después de limpiarme las manos de la sangre.
Después de un tiempo, Leo entró en mi estudio y me informó sobre esa chica.
PERSPECTIVA DE CALISTA
Cuando terminó mi turno, era tarde y no había taxis, ya que Olivia ya se había ido del café, así que estaba sola.
Pensé en llegar a casa caminando, así que caminé junto a la carretera. Cuando estaba cerca del pequeño bosque, escuché unos gritos.
Pensé en ayudarles, ya que podrían necesitar ayuda, pero cuando llegué allí, un hombre estaba apuntando con una pistola a otro hombre, que estaba de rodillas y suplicando.
Un grito fuerte escapó de mi boca, y ellos giraron sus cabezas hacia mí; uno venía hacia mí, pero yo estaba demasiado enfocada en la mano que sostenía la pistola. Así que no noté cuando llegó a mí y puso un paño sobre mi boca.
Antes de caer en la inconsciencia, escuché un disparo y al hombre diciendo: —LO TENGO, JEFE...
Luego todo se volvió oscuro, completamente oscuro...
TADAAAA, eso es todo, chicos.
¿Qué creen que hará él?
Déjenme saberlo a través de los comentarios.
Gracias. Cuídense.
Adiós...
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