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Capítulo treinta y tres

—¿Qué? ¡No! ¿De dónde sacaste esa idea? —preguntó Xander, luciendo perdido. Entonces, tal vez esa no sea la razón por la que me besó. Pero no puedes culpar a una chica por asumir.

—Bueno, lo leí en muchas novelas, cuando la chica habla mucho, el chico la besa para que se calle —expliqué avergonzada...