Read with BonusRead with Bonus

Necesitas una mujer hermosa

Cuando me di la vuelta, ella se apoyó en el marco de la puerta y me sonrió con picardía. Me encantaba esa maldita sonrisa.

—Preparando tu baño.

—¿Por qué? —se rió de nuevo.

Me encogí de hombros.

—Porque pensé que te gustaría un baño relajante.

Ella se acercó a mí y deslizó sus manos por mi pech...