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Capítulo 25

Seguimos lentamente el carro fúnebre de regreso al Palacio, plenamente conscientes de que las estrechas calles, usualmente llenas de bullicio, ahora estaban en silencio. Los ciudadanos bajaban la cabeza en señal de respeto, pero no antes de lanzar miradas curiosas hacia mí. Nerviosa, bajé la cabeza ...