—Señor... —intentaba averiguar su nombre, tal vez su título, para poder comunicarme mejor con él, pero solo me miraba sin decir nada—. Señor, le prometo que no estaba desafiando nada. Solo preguntaba a dónde nos llevaban. De hecho, deseo ver al Rey Alfa ahora. Puedo trabajar. Puedo ser un gran activo para su manada, y dado que él es mayor, necesitaría una mujer joven y poderosa más en su grupo. No creo que quiera matarme después de conocerme, por favor.

—No creo que el Rey Alfa necesite más gente para trabajar para él, ya tenemos suficientes manos —dijo el hombre elegante.

Podía ver que la Beta Ava no dejaba de sonreír, pero no podía entender qué la hacía reír.

—Por favor, déjeme convencerlo yo misma.

—Entonces hazlo. Estoy escuchando —dijo, cruzando los brazos sobre su pecho.

—¿Qué? —no entendía a qué se refería.

—Él es el Rey Alfa, querida.

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Después de que Elisabeth fue despojada de su título como la Luna de la manada de la luna segura y descubrió que el Alfa y compañero que había conocido toda su vida adulta había embarazado a alguien que no era ella, alguien en quien confiaba con todo su ser y por quien había sacrificado todo, incluyendo a su compañero padre que él rechazó por ella. Ahora, deshonrada y enviada como esclava al Rey Alfa, a quien todos temían y conocían como el peor tipo de dictador.

Intentó escapar para encontrar su propio mundo, para sobresalir; lo único que quería hacer era salvarse primero de ser llevada al Rey Alfa. Preferiría volverse una loba solitaria antes que caer en las manos del Rey Alfa, quien la destruiría por completo, pero eso no salió como planeaba. El plan solo la metió en más problemas.

El Rey Alfa resultó no ser lo que todos habían imaginado. Ella no esperaba a quien vio cuando llegó allí. Ahora tiene que usarlo a su favor, para dominar a la bestia en él. A través de la humillación y la perseverancia, pudo sobrevivir.

El Rey Alfa la ayudó a mantenerse por sí sola, mientras reclamaba lo que había perdido y más...

¿Cómo puede un rey poderoso amar a una loba humilde como yo, una rechazada?


Domando al rey alfa

POV de Elizabeth
Aleksander me estaba incendiando cuando su boca y manos hacían cosas maravillosas a mi cuerpo. Este era mi mayor miedo y también lo que más deseaba. Sí, quiero cada toque de sus manos poderosas pero tiernas. Pero luego, temía que me volviera demasiado adicta a su toque y me romperí...

Capítulo 1: La traición

Capítulo 2: La confrontación

Capítulo 3: La habitación blanca

Capítulo 4: Habitación blanca 2

Capítulo 5: Christy

Capítulo 6: La fuga fallida

Capítulo 7: El rey alfa

Capítulo 8: ¿Qué es el miedo?

Capítulo 9: El arrepentimiento.

Capítulo 10: La elevación

Capítulo 11: La confrontación.

Capítulo 12: Él

Capítulo 13: el esclavo personal del rey alfa.

Capítulo 14: «Tú eres mía»

Capítulo 15: Mírame castigar a los prisioneros

Capítulo 16: El miedo se apodera de mi corazón.

Capítulo 17: ¿No estás aquí para calentar mi cama?

Capítulo 18: Los chubascos de la lluvia

Capítulo 19: Su cuerpo seductor

Capítulo 20: El hermoso hermano

Capítulo 21: Las vacaciones no tan secretas.

Capítulo 22: ¿por qué me odias tanto?

Capítulo 23: Fuera de mi cabeza

Capítulo 24: La madre de Elisabeth.

Capítulo 25: Asuntos sin resolver

Capítulo 26: ¡El arrepentimiento!

Capítulo 27: El plan inigualable

Capítulo 28: Los celos fuera de lugar

Capítulo 29: No hay vuelta atrás

Capítulo 30: El viaje inútil

Capítulo 31: No hay vuelta atrás

Capítulo 32: ¿Otro enemigo?

Capítulo 33: ¿Chris?

Capítulo 34: Chris 2

Capítulo 35

Capítulo 36

Capítulo 37

Capítulo 38

Capítulo 39

Capítulo 40

Capítulo 41

Capítulo 42

Capítulo 43

Capítulo 44

Capítulo 45

Capítulo 46

Capítulo 47

Capítulo 48

Capítulo 49

Capítulo 50

Capítulo 51

Capítulo 52