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No me quejo

—No me quejo, cariño, pero ¿podemos entrar ahora?

Gretchen cerró los ojos y saboreó la sensación de los labios suaves y húmedos de Damien contra su cuello. Su aliento caliente en su piel le provocó escalofríos por todo el cuerpo y sus rodillas se debilitaron mientras sus sentidos flaqueaban con cad...