Read with BonusRead with Bonus

21 Troya

Jadeaba sobre él, sosteniéndolo cerca de mí.

Sin decir una palabra, Ares me llevó a la cama y me acostó de espaldas.

Mi mente volvió a mí diciéndome que estuviera alerta, y me senté, pero ya era demasiado tarde. Vi los ojos azules brillantes de Ares mirándome con más lujuria que nunca. Mi corazón ...