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Capítulo noventa y uno

Xyla observaba, aparentando casi aburrimiento, mientras Avery y Elvin aterrizaban frente a ella. Se recostaba perezosamente en uno de los tronos, con las piernas colgando descuidadamente de uno de los reposabrazos y un brazo drapeado sobre el alto respaldo.

—Bueno, bueno. Finalmente han decidido un...