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Capítulo sesenta y cinco

La habitación estaba fría y oscura cuando Ellie finalmente despertó. Las luces en los frascos se habían atenuado a un suave resplandor, y el rugiente fuego en la chimenea se había reducido a brasas. El lugar de Avery en la cama estaba vacío, pero cuando extendió la mano, estaba caliente. Debía haber...