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Capítulo cincuenta y ocho

El corazón de Ellie se aceleró cuando Avery colocó sus rodillas en la cama, inmovilizando sus piernas. Se inclinó lentamente, observando a Ellie con atención, hasta que sus rostros quedaron a unos centímetros de distancia. Un hambre primitiva y carnal brillaba en sus ojos antes de bajar su boca haci...