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Capítulo cuarenta y dos

Ellie miró con asombro la pequeña flor que descansaba en su palma. Después de su encuentro con Melinoe, Ellie se había sentido más tranquila, menos asustada por su futuro. Incluso el pensamiento del Maestro y la Señora no podía sacudir la sensación de paz que se había asentado sobre ella.

«Mamá ten...