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6. A veces el cuerpo quiere lo que la mente niega

Escuché con resentimiento el sonido de una puerta cerrándose de golpe, señalando la partida de Nicolo. Terminé de raspar la comida restante del suelo y dejé el trapo sobre la mesa con el desorden. Girándome expectante hacia el grupo, ignoré la forma en que sus miradas quemaban mi carne violada. Mis ...