Read with BonusRead with Bonus

4. Seguro

No podía moverme. No podía hablar. Cada vez que abría la boca para decir algo, mi respiración me ahogaba. Me senté impotente en mi asiento, mientras el mismo hombre que me había ofrecido comprarme una galleta en una cafetería se deslizaba hacia la silla vacía con tal confianza arrogante, que estaba ...