Read with BonusRead with Bonus

16. No hay diversión sin riesgos

—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —rugió Nicolo, su pecho subía y bajaba con tal fuerza, como si estuviera listo para abalanzarse. Me encogí de miedo. Cada pelo de mi cuerpo se erizó cuando dio un paso más cerca.

Desesperadamente, me alejé de él mientras extendía mis brazos—. Por favor —dije...