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Precio de la virginidad (2)

Tragó saliva con fuerza. Puso su rostro en mi pecho mientras murmuraba:

—Oh, Ann.

Luego me dio besos en el pecho y el estómago, que subían y bajaban con mi respiración agitada. Apretó más fuerte mis dedos.

—Ann. Ann. Ann.

—¿Eso es un sí o un no?

—Aquí está el trato —dijo finalmente, sus ojos en...