Read with BonusRead with Bonus

152 Te quiero

—¡Ven, ahora soy tuyo!— Frade yacía desnudo en la cama, las sábanas presionadas bajo su cuerpo. Sus brazos y muslos extendidos como si me atraparan.

Creo que lo escuché bien. ¿Es este Frade? ¿Cómo podía el hombre que estaba acostumbrado a tener el control decirme esto a mí? ¿Cómo podía yo, que siem...