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Mi cruel compañero. 49

El beso fue amable y sensual, sus dedos acariciaban mis costados y las lágrimas rodaban por mis mejillas.

—¿Qué crees que estás haciendo, Cali? —jadeó mi loba.

—Vengándome de ese supuesto compañero tuyo —respondí.

—No de esta manera —la bloqueé y presioné mi pecho más cerca de Dean, haciéndolo re...