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Capítulo 99

El día se extendía largo y lento.

Me quedé acurrucada bajo las mantas, rodeada de bocadillos y almohadas, alternando entre siestas y mordiscos desganados de mango seco y galletas. Los gemelos—o al menos la idea de ellos—ya me estaban pasando factura. Cada vez que me movía, sentía que mi cuerpo me s...