Read with BonusRead with Bonus

Nonno y Nonna

—¡Zorah! —Dagoberto la notó antes que nadie y se levantó de su asiento, rodeando la mesa para abrazarla. Le dio un beso en la frente—. Me alegra mucho que hayas decidido unirte a nosotros. Te ves hermosa, querida.

—Gracias —dijo ella, mirando tímidamente el vestido blanco de verano que había sacado...